Todos quisiéramos un trabajo en el que nos pagaran por hacer nada, pero tal vez solo los que tienen suerte logran uno así, tal es el caso del encargado del despacho de la procuraduría en Hidalgo, Francisco Fernández Hasbun.
Y es que nunca quiere ampliar la información en las conferencias del gabinete de seguridad bajo el argumento de que por el sigilo de la investigación no puede brindar detalles, números o dar una respuesta que ayude a nutrir las notas informativas, o no sabe o no quiere.
El gabinete convoca a las conferencias de prensa para hablar, por ejemplo, de la detención de una súper banda criminal en la entidad, pero al cuestionerle a Hasbun el delito que se les imputará, dice que no puede puede dar mayores datos.
Pero ¿por qué él no puede decir algo y Santiago Nieto sí?, el extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) daba detalles de dónde, cuándo, cuántos y por qué se detenían a algunas personas, así como los delitos a investigar, entre otras precisiones que ayudaban a nutrir las notas.
Con Nieto Castillo sí valía invertir el tiempo en acudir a conferencias; incluso era el único que tenía una sobre exposición en los medios, pero porque daba de qué hablar.
Pero Francisco Fernández Hasbun prefiere huir de la prensa con la famosa artimaña de la llamada, es decir, finge que recibe una llamada para huir poco a poco o en fa del lugar.
O si lo agarran en la desprevenido y ya no tiene modo para huir, dice que no puede dar información para no entorpecer las investigaciones, que no es que no quiera dar o no sepa el dato, simplemente que no puede y que deben entenderlo.
Pero su constante negativa a responder cualquier cuestionamiento solo nos dice que no está inmerso en los trabajos de la procuraduría, como su antecesor, que se sabía de la A a la Z lo que en ella ocurría.
Parece que Hasbun solo calienta una silla y por ello recibe un salario envidiable. Es más, ni siquiera puede leer bien un guion por lo nervioso que se pone ante el público o los medios.
Santiago Nieto también se ponía nervioso, pero en sus guiones tenía más información que su sucesor, quien repite lo que sus compañeros que lo antecedieron dijeron primero.
Que hable o no el actual procurador interino en una conferencia da igual, pues que hable o nada es lo mismo, ya que nunca quiere brindar información.
Si al jefe no le interesa lo que pase en la institución, pues cuanto más a los subordinados, por eso le corrigen la plana a los ministerios públicos o evidencian su mal actuar.
Como ocurrió recientemente con el caso de Santiago Tulantepec, pues los tres feminicidas de las tres mujeres estuvieron a punto de quedar en libertad por imprecisiones del MP al no poner bien la fecha de los hechos en la imputación. Aunque otros dicen que fue porque la orden de aprehensión presentó deficiencias.
Pero mientras si son peras o manzanas, lo cierto es que no es la primera vez que un juez les hace ver sus errores que bien pudieran dar más años de sentencia a los imputados o que pudieran vincularlos a proceso.
Pero si al jefe le vale, pues a los otros también. Ojalá ya haya cambio en la procuraduría, tal como se hizo en el Instituto Hidalguense del Deporte (Inhide) con el Pipino Cuevas, quien brilló por su ausencia, pero bien que estuvo cobrando sus cheques puntualmente con la mano en la cintura.
Uno más de los suertudos que logró tener un trabajo por casi dos años con un salario envidiable, pero sin hacer nada por el deporte hidalguense.
Comentarios