Morena en Hidalgo desde las elecciones de 2018 vive en constantes vaivenes divisiones e incertidumbre que en nada ayudan al proyecto de la cuarta transformación. Lo preocupante es que esto ocurre en las 32 entidades federativas, en donde las divisiones al interior del instituto político han limitado su alcance como partido en el gobierno y su verdadero apoyo al proyecto de Andrés Manuel López Obrador. El propio presidente tomó distancia de los grupos, fracciones, liderazgos, históricos, clásicos, fundadores, nuevos militantes, funcionarios de gobierno, organizaciones, etc, etc, etc que cohabitan en Morena; y en vez de fortalecerse han optado por fagocitarse y quizá perder la oportunidad histórica de que la centro-izquierda se encuentre en el poder federal.
Entre los nuevos y viejos grupos y muchas veces dentro de los mismos, las tensiones y divisiones son recurrentes, pero aparecen con mayor intensidad cuando hay algo que repartir, así los momentos de mayor división han sido cuando deben designar los órganos internos del partido como su comité estatal y consejos (trifulcas, tensiones, violencia y hasta balazos hubieron en la huasteca); pero también cuando se han tenido que designar candidaturas han aflorado todas las divisiones posibles, llegando a locuras como que el partido se ofrece para demandar a los candidatos de Morena. En términos generales es el poder lo que los ha dividido y debilitado. Sin ese elemento las divisiones eran menores o al menos no tan conocidas. Esa misma ambición que parece estar en la naturaleza humana, ha llevado a Morena en Hidalgo a no estar a la altura del momento histórico, sus dirigentes fueron rebasados por sus propios intereses, todos han ganado o quieren ganar algo y en esas condiciones es muy fácil construir al anterior de Morena una agenda externa más cercana al PRI y al Gobierno del Estado, por supuesto que movida por extraños intereses.
En las próximas elecciones municipales en Hidalgo todo hace pensar en la vieja frase “a rio revuelto ganancia de pescadores”; ¿Quién gana? por supuesto que quienes llegan mejor preparados, con más experiencia, unidad, recursos y estructuras de trabajo territorial, social virtual y gubernamental. Esto pone en competencia al Partido Revolucionario Institucional, quienes esperan surgir de sus propias ruinas. Ahora se visualiza una pequeña oportunidad de mantener municipios importantes que permita enfrentar las elecciones de gubernatura en una mejor posición y mantener la hegemonía por casi 100 años en una entidad sumida en la pobreza, el rezago y el subdesarrollo.
Sin duda la próxima elección municipal será un termómetro de la elección de gobernador en 2022, por eso tantos intereses en juegos y grupos de poder que buscan incidir para debilitar a Morena a través del propio Morena.
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