La violencia que se vivió en Cuautepec el 2 de junio tras el cierre de casillas no pasó desapercibido para el tribunal electoral local, por lo que determinó anular la elección tras la quema de más de la mitad de casillas y encontrar irregularidades en una decena más de paquetes electorales que sí llegaron al consejo distrital.
Ya sabíamos que ese municipio se iría a elección extraordinaria, y si bien aún faltan dos instancias en las que se podría revertir la decisión del órgano jurisdiccional, la verdad es que fue un cochinero lo que pasó allá enfrente de las narices de la policía estatal, municipal y Guardia Nacional.
Pues sabiendo la situación de inseguridad que se vive en el municipio, dejaron que pasara todo lo que pasó. Y todo porque el secretario de seguridad estaba más ocupado haciendo campaña para otros que por velar por la seguridad de la población.
Aunque en un primer momento se difundieron videos en redes sociales en donde el supuesto grupo que quemó y robo urnas decía que fue porque Jorge Araus del (Grupo Universidad), excandidato a la presidencia, no les dio lo que les prometió, este señor salió a decir que el PRI fue el que planeó todo al verse perdido.
Pero conociendo las tropelías del tricolor y el modo en el que se maneja, pues eso no es lo suyo, ellos hubieran tirado el sistema de conteo, o robado las urnas durante su traslado al consejo distrital, o infiltrar a alguien en las casillas y contar votos de más al PRI.
En fin, las malas mañas que tienen ya las conocemos, pero los vídeos de los señalamientos a Araus nadie salió a desmentir.
Morena y su excandidato salieron a decir que impugnarán hasta la última instancia para que “les devuelvan” el municipio, porque según ellos ganaron de buena fe y las pruebas que presentaron son más que suficiente para dejarles el triunfo.
Aunque me gustaría augurar en la elección extraordinaria, de llevárse a cabo, un triunfo a favor de otro partido y no de Morena, la verdad es que lo dudo, porque la gente sigue vendiendo barato su voto; aunque haya protestas y desacuerdos siguen creyendo que todo está por cambiar, porque Morena tiene una capa mágica que borra pecados y hace del mundo un lugar mejor con el simple hecho de pensarlo.
Pero veremos qué dicen las autoridades electorales en los próximos días, porque esto no se acaba hasta que tomen protesta las nuevas autoridades.
La política es un cochinero, los partidos son un cochinero y el 90 por ciento de las personas que se sumergen en este ambiente, pierden el piso, la humildad, se vuelven descarados, ambiciosos, prepotentes, groseros y cínicos.
Por eso el pueblo tiene el gobierno que merece. Solo espero que Morena ya no más.
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