En días recientes la secretaría de salud estatal expresó su posición respecto a la inconveniencia de realizar la elección municipal de 2020 por las consecuencias sanitarias que podría traer a la salud de la población. Es sin duda una posición razonable y sensata dado el riesgo -en especial para los grupos vulnerables- que supone la dispersión del virus en las zonas más marginadas del estado.
En todo esto llama la atención la descoordinación entre el INE, IEEH, la secretaría de salud federal y estatal, el consejo de salubridad, el poder ejecutivo estatal y los partidos políticos. Con opiniones encontradas y distintas los ciudadanos están más preocupados de la economía y la salud que de las campañas. Pero la política y los políticos tienen otros tiempos y viven en otro mundo. En este complejo escenario, si es que las elecciones se realizan el 18 de octubre es esperable que la mayoría de las personas decidan no asistir a votar.
El refrán que dice: "piensa mal y acertarás" quizá se ajuste en estos momentos y en el Estado de Hidalgo, ya que es difícil de creer que los epidemiólogos estatales y las autoridades de salud no tuvieran el escenario del COVID-19, pero por qué comunicarlo una vez conocidos los candidatos en las elecciones municipales. Será entonces que las encuestas muestran otra cosa, una tendencia que no favorece al PRI que perdería todos los municipios más importantes. En ese contexto para algunos actores en gobierno del estado es mejor esperar nuevos acuerdos, cambios en el contexto y en la agenda política del proceso electoral 2021.
Como siempre los ciudadanos ven desde la preocupación e incertidumbre este triste espectáculo. Quizá algún día y solo algún día la salud esté por sobre la política, es sólo un sueño guajiro o un delirio de pandemia.
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