Después del proceso electoral extraordinario en Cuautepec, en donde a pesar de que se brindaron medidas de seguridad, difusión hasta en la sopa de la jornada electoral, debates, currículum de los aspirantes y demás, se pudo ver qué el abstencionismo ganó y la falta de interés.
El PRI dijo que reconocía el triunfo de Morena, pero pues qué otra le quedaba decir, si sus votos en la segunda ronda no subieron, se mantuvo con el mismo número. Tal vez sumó dos o tres más, pero tal parece que sigue en el hoyo y no ha logrado levantarse.
Ya no es el mismo de antes, pues antes con la mano en la cintura podía participar dos, tres, cuatro veces en el mismo proceso y salía avante, pero ahora ya no puede comprar los votos como antes, pues no tiene dinero; ahora eso lo hace Morena, tal y como lo evidenció Jorge Hernández Araus en un vídeo en vivo, pero que después retiró al ver que su cinismo quedó evidenciado.
Pero bueno, el PRI no tuvo más remedio que reconocer su perdida, ahora solo falta que reconozca que Alito le hizo y sigue haciendo daño al partido y sacarlo, porque de continuar ahí seguirá hundiendo más y más al tricolor hasta hacerlo perder su registro.
En el proceso electoral ordinario y en el extraordinario, quedó demostrado quién es el nuevo PRI, quién tiene el dinero de sobra para comprar conciencias y quién de plano ya no puede hacer mucho, pues ya no cuenta con ese recurso.
Pero mientras Marco Mendoza, dirigente estatal del PRI, ya no sabe qué hacer en el Congreso para ser una verdadera oposición y no solo simular, como presidente priista tampoco sabe cómo sacarlo a flote.
La escuela del PRI quedó en la historia, y ahora todos quieren ir a la escuela patito de Morena, bueno, aunque no tiene escuela, porque esos tallercitos que dan solo son para taparle el ojo el macho, porque únicamente usan el tiempo para alabar a su líder moral y santificarlo, porque no les enseñan a ser buenos políticos.
Tan es así que podemos verlo con el actual presidente de la junta de gobierno del Congreso, Andrés Velázquez, quien no sabe cómo llegó ahí, qué se hace ahí y muchos menos lo que tiene qué hacer como diputado.
Pero bueno, Morena solo se llevó a los priistas, pero no la escuela, mientras que los priistas solo usan lo que aprendieron en el PRI, pero con más saña como se los permite Morena.
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