Mineral de la Reforma se encuentra en el ojo del huracán luego de que fueran hallados los cuerpos de seis personas sin vida en dos hechos distintos, pero lo más lamentable es que las autoridades siguen minimizando los casos y haciendo caso omiso al grito desesperado de las mujeres víctimas de violencia.
Los dos hechos recientes conmocionaron a la sociedad, pero voy a destacar el multi homicidio de una familia a manos de un ex policía municipal de ese ayuntamiento, pues resulta que a pesar de contar con dos denuncias penales por violencia familiar y privación de la libertad, una juez determinó dejarlo libre.
Cómo es posible que dejes en libertad a alguien acusado de violencia, cuando sabes que fue adiestrado para el uso de armas de fuego, recibió entrenamiento y capacitación sobre el uso de la fuerza, sabe cómo se maneja la policía y demás.
La mujer le expuso a la jueza que temía por su vida, porque el tipo ya se la había llevado a la fuerza en varias ocasiones y todo el tiempo se la pasaba amedrentándola con el uso de uniforme de la policía municipal y una patrulla, además de que sus compañeros le hacían segunda para asustarla.
Pero la jueza, que a pesar de ser mujer no ponderó la situación de desventaja en la que pondría a la víctima, no fue la única culpable, en este caso hay varios responsables.
El Ministerio Público también le falló a Rosaura, por no asesorarla bien, por no impedir que la jueza dejara libre a su agresor, por no sembrar una duda razonable de que el ex policía era un peligro para la víctima y su familia.
Le falló la secretaría de seguridad pública de Mineral de la Reforma por no tener ubicadas sus unidades y dejar que un ex miembro la usara a su antojo sin restricción alguna; le falló la policía por no brindarle, a ella ni a las demás mujeres, la seguridad que tanto hace falta.
Le falló el Estado por no tener servidores públicos honesto que trabajen para el pueblo y no se sirvan del pueblo. Le fallaron todos, pero nadie quiere reconocerlo y le echan la culpa, solo porque no asistió a las mesas de paz que se organizan en diversos municipios.
Pero el caso de Rosaura no es un hecho aislado, como dicen las autoridades, el caso de ella se replicó y seguirá repitiéndose hasta que las autoridades hagan su verdadera chamba y se dejen de tonterías de que en el Hidalgo que ellos viven, no pasa nada.
Ahora resulta que ir con las autoridades no es garantía de que pondrán atención a nuestro caso; ahora resulta que tenemos que ir a los eventos públicos para ser escuchados y que las autoridades tomen cartas en el asunto, porque si no lo hacemos seremos los únicos responsables de lo que nos pase.
Es lamentable lo que está ocurriendo en materia de seguridad en el estado, pero eso pasa por tener en el frente a personas que ni siquiera son de Hidalgo, gente a la que le vale lo que pase aquí porque no tiene sentido de pertenencia, gente que solo vela por su bienestar y le vale el de los demás, gente que solo busca llenarse los bolsillos sin hacer su chamba.
Como lo han expresado muchas mujeres: ¿Qué estarán esperando nuestras autoridades? ¿Cuántos muertos necesitan para actuar? ¿A los cuántos casos dejan de ser aislados?
Porque parece ser que a las autoridades no les importa si mueren uno, cuatro, seis o mil en un día; no les importa si fueron en uno, dos o mil situaciones diferentes; no les importa si eran familia, amigos o desconocidos; no les importa nada.
Esta vez fue Rosaura quien perdió la vida a manos de su agresor, pero haya afuera aún hay muchos casos en donde las víctimas viven con miedo, porque su agresor está libre y sigue ejerciendo temor en ellas.
Hoy están aquí, pero mañana nos sabemos; sin embargo, las fallas seguirán en los responsables de la procuración de justicia en el estado, tales como el Poder Judicial, la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo, los policías y demás involucrados.
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