El crecimiento prostático y el cáncer de próstata son curables si detectan y tratan a tiempo.
El cáncer de próstata es una patología que afecta a más de 1.2 millones de personas en el mundo. De acuerdo con datos de la plataforma interactiva Observatorio Global de Cáncer (Globocan), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2022, México registró 26 mil 565 nuevos casos y 7 mil 358 fallecimientos por esta causa.
Es por ello que, cada 11 de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata, mientras que, en el estado de Hidalgo, el tumor maligno de próstata se ubica como la 7ª causa de mortalidad en la población masculina mayor de 60 años.
Cabe señalar que, durante el 2023 se detectaron 42 casos, y se registraron 147 decesos. En tanto que, en lo que va del 2024, hasta el corte de la semana epidemiológica 21, se han registrado 66 defunciones y se han detectado 9 nuevos casos.
Este padecimiento, se origina por un crecimiento descontrolado de las células de la próstata, glándula masculina, con forma de nuez, que se ubica debajo de la vejiga y delante del recto; y es la encargada de producir el líquido seminal que nutre y transporta el esperma.
Su aparición está asociada de manera directa con la edad y los antecedentes familiares de primera línea (padre, hermanos y tíos paternos), aunque estilos de vida y hábitos poco saludables como fumar, llevar una vida sedentaria y mala alimentación, pueden influir en su presencia y complicaciones.
Los principales síntomas del cáncer de próstata son los siguientes:
Demora al comenzar a orinar.
Esfuerzos al orinar.
Disminución de la fuerza e intensidad del chorro miccional.
Incremento en la frecuencia al orinar, ya que la vejiga no se vacía por completo.
Pérdida de peso.
Disfunción eréctil.
Presencia de sangre en orina y semen.
Dolor en la cadera, columna vertebral, costillas y otras áreas.
Debilidad o adormecimiento en las piernas y los pies.
A partir de los 40, la próstata comienza a crecer, por ello es recomendable que los mayores de esta edad, acuda a efectuarse chequeos médicos regulares.
El médico especialista (urólogo), mediante una evaluación física (tacto rectal), y pruebas de laboratorio (medición del Antígeno Prostático), determinará el grado de complicación por este crecimiento, que puede ser benigno (hipertrofia), o maligno (cáncer).
En los casos de hipertrofia, los diagnósticos tempranos permiten dar seguimiento mediante la vigilancia periódica de los niveles de antígeno prostático específico (PSA) y medicamentos.
En casos avanzados y/o malignos, se requerirá:
Intervención quirúrgica para la extracción de la próstata.
Radioterapia.
Crioterapia.
Terapia hormonal.
Quimioterapia.
Inmunoterapia.
La SSH, pone a disposición de la población masculina la Detección Integrada de Crecimiento Prostático que es gratuita, e incluye la aplicación de los 3 elementos de detección oportuna: cuestionario de síntomas prostáticos, prueba rápida de Antígeno Prostático y exploración física (tacto rectal).
Elementos que son complementarios entre sí y no reemplazables y deben realizarse de manera anual a partir de los 45 años, con o sin factores de riesgo.
Además, es importante adoptar hábitos de vida más saludables como:
Evitar el consumo de alcohol, cigarrillos y otras sustancias nocivas.
Hacer ejercicio regularmente para desechar toxinas, así como para prevenir la obesidad y el sobrepeso.
Cuidar la alimentación, incrementando el consumo de proteínas, verduras, frutas y vegetales. Disminuir el consumo de harinas, carnes rojas, sal y azúcares.
Evitar el abuso de consumo de medicamentos y fármacos, sin prescripción médica.
Mantener una actividad sexual frecuente y saludable. De acuerdo a estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud, disminuye en un 47% la probabilidad de cáncer de próstata.
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