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  • Foto del escritorFernanda García

¿Cuándo dejará de ser arrogante la UAEH?.

Parece que la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) solo sabe agrandar los problemas, o mejor dicho hacer de un asunto sin importancia un problemón.


Basta con recordar la petición de los estudiantes de Artes de destituir a María Teresa Paulín, que la universidad por aferrarse a no ceder a las peticiones de unos escuincles, prefirió hacer más grande la bola de nieve hasta lograr un enfrentamiento entre estudiantes y personal de la casa de estudios.


Ahora, en lugar de solo responder con una negativa a la recomendación de la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CDHEH), prefirió demandar a la presidenta Ana Parra Bonilla por atreverse a exigirle al rector Octavio Castillo Acosta dar una disculpa a los estudiantes.


O sea, ¿Pues cómo pasa a creer que su excelentísimo rector de la mejor casa de estudios del mundo mundial se rebaje a pedir una disculpa a uno mocosos que irrumpieron la tranquilidad y paz de la honorabilisisíma universidad?, la misma que no arrastra mancha alguna, porque sus porros, perdón, estudiantes de excelencia son los que ponen en alto el nombre de la UAEH.


¿Así o más arrogancia? Qué más le daba a la UAEH solo decir, “no aceptamos la recomendación, porque a nuestra consideración no hicimos nada indebido, esos estudiantes merecían ser golpeados por revoltosos. Nosotros somos lindos y bellos y vinieron a irrumpir nuestra paz, nuestro lado zen”.


Pero si queremos echarle más leña al fuego, qué osadía de la defensora universitaria, Elsa Ángeles, de pedirle a Ana Parra que deje de declararles la guerra.


¿Cuál guerra?, llama guerra el hacerles ver que sí violentaron derechos humanos de los estudiantes? Para Elsa es guerra obligar a la universidad a que investigue el caso internamente? Para Elsa es guerra pedir una sanción y que mejoren sus protocolos de actuación, que no tienen? Para Elsa es guerra pedir que el rector brinde una disculpa pública?


El ego y arrogancia de la universidad y Octavio Castillo es tan alta que no saben distinguir entre una situación nada compleja de un problemón.


Para Elsa Ángeles, Octavio Castillo y demás funcionarios universitarios es más inaceptable una recomendación de la CDHEH que violar derechos y agredir jóvenes.


Para la universidad es una guerra frontal la emisión de una recomendación que atacar con gases, palos, piedras, patadas y demás a jóvenes que solo querían ser escuchados.


Es increíble que abusen de la autonomía para evadir la ley; usan la autonomía para ser intocables; alardean de autonomía para pasarse por el arco del triunfo lo que digan autoridades ajenas a la universidad.


Pero eso sí, cuando las autoridades tienen que resolver a su favor, ahora sí existen. Como cuando detuvieron a entonces miembros del Consejo Estudiantil, como Esteban N y compañía, asegurando que la detención fue arbitraria y que solo atendían los casos de los estudiantes revoltosos, mientras que las denuncias de los porros, quienes sufrieron graves lesiones, como una uña rota, una pestaña caída u otras lesiones graves iguales a esas que ameritaron puntos, hospitalizaciones de varios meses, entre otros, fueron rezagados o enviados a la congeladora.


La universidad está perdiendo cada vez más su credibilidad, ya mejor debería quedarse callada, mantener un perfil bajo. Porque cuando sus autoridades abren la boca, es solo para hundirla más.


Este viernes habrá manifestación en la Feria Universitaria del Libro (FUL), ya veremos cómo actuará la universidad, ¿de nuevo con agresiones o ahora sí buscará la vía pacífica?

Está historia continuará…


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